Steve Jobs decía que cada mañana cuando se levanta y se miraba al espejo
se hacía la siguiente pregunta: "si hoy fuese mi último día, lo que
voy a hacer hoy, ¿es lo que me gustaría hacer?". Si la respuesta era
no durante muchos días seguidos, era momento de cambiar.
Para
los que trabajamos en un puesto más o menos rutinario, no nos lo
planteamos a menudo, pues la mayoría de los días son iguales o al menos muy parecidos. Año tras año, las campañas son las mismas,
con la mínima evolución de los productos. Evidentemente, ya no
vendemos videos VHS (de poco sirve saber las diferencias entre uno de
2, 4 o 6 cabezales.), incorporamos, tablets, drones, etc... pero las
campañas son las mismas. Vuelta al cole, novedades tecnológicas,
Navidad, renueva tu hogar, San Valentín, Día del padre, madre,
etc...
Con mi gran compañera y amiga Lola, la tía que
más se curra los disfraces de todo el centro.
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Hasta que llega un día como Halloween en que puedes venir disfrazado al
trabajo. Ese día se hace diferente! Más alegre y ameno, y la posibilidad de arrancar una sonrisa al cliente que atendemos, pese a la escasa (o nula) participación de la plantilla. Nivel de involucrarse, al mínimo... Para los que se quejan de la importación de una fiesta (o “moda”) anglosajona, también nos permiten (y
nos animan, con concursos y premios, a) disfrazarnos en Carnaval.
Desde aquí quiero agradecer a todo el personal masculino de Carrefour por ponérmelo más fácil, puesto que fui el ÚNICO chico que se
disfrazó. Por segundo año consecutivo me llevé un premio. Pero sobretodo al personal que corresponda por el enorme detallazo y
regalo que recibí. Nada más y nada menos que un Altavoz Bluetooth en forma de cubo de Rubik. Gracias!!.